La Plaza de Trascorrales acogió el pasado fin de semana los encuentros con los protagonistas de la exposición «Nuestros vecinos invisibles» organizada por la Fundación Alimerka. Representantes de 13 entidades sociales participantes en la muestra se dieron cita en la sala para contar sus testimonios personales y explicar el trabajo que llevan a cabo en cada una de sus organizaciones.

Durante la mañana del sábado, la Cocina económica de Oviedo y la Familia Vicenciana de Oviedo relataron su día a día atendiendo a las personas en grave situación de exclusión; Gonzalo Diago, socio de la Asociación Síndrome de Down de Asturias, compartió su experiencia como usuario del programa de inserción laboral de la entidad, mediante el cual lleva meses trabajando en una farmacia de Oviedo; AFESA Salud Mental de Asturias defendió la importancia de acabar con los estigmas que impiden a las personas con problemas de salud mental desarrollar una vida plena e independiente; y Carmen y Emilio, paciente de Parkinson, nos relataron su testimonio y reivindicaron el papel de asociaciones como Parkinson Asturias, sin las cuales los enfermos y sus familias tendrían serias dificultades para salir adelante.

La tarde estuvo dedicada a la infancia. Juana Jara, presidenta de APACI, y Saliou Dieng, padre de una niña con cardiopatía congénita, explicaron en qué consiste esta enfermedad y la importancia del proyecto insignia de esta asociación: su servicio de alojamiento familiar en Madrid, junto a los hospitales de referencia a los que deben acudir los afectados. Sabrina, madre de un niño con parálisis cerebral, confesó las muchas dudas, miedos y preocupaciones que tuvieron al recibir el diagnóstico y lo arropados que se sintieron (y siguen sintiéndose) en ASPACE Asturias. Galbán compartió el testimonio de Darío Rodríguez, superviviente de cáncer, que puso sobre la mesa las necesidades de los adolescentes oncológicos. Por último, los payasos de Clowntigo nos recordaron la importancia de humanizar el trato, tanto en hospitales como en residencias de ancianos y otros espacios de cuidados.

Fabiana Ginobili, presidenta de Asperger Asturias, y su hijo Bruno, compartieron su experiencia con el TEA.

La jornada del domingo comenzó con Eduardo Llano, presidente de PREDIF Asturias, reivindicando la necesidad de diseñar ciudades accesibles para todos, y con el testimonio de Clara Elena González, usuaria del servicio de asistencia personal de la entidad, una herramienta que garantiza la igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad. Fabiana Ginobili, presidenta de la Asociación Asperger Asturias, y su hijo Bruno Figueroa, nos enseñaron que «siempre hay un lugar para cada uno de nosotros, por muy perdidos que nos sintamos en algún momento de nuestras vidas» y nos ofrecieron una lectura positiva y constructiva sobre el Trastorno del Espectro Autista. La Asociación Asturiana de Esclerosis Múltiple dio cuenta de las mil caras de esta enfermedad a través del testimonio personal de Susana y del presidente de la entidad, Ernesto Suárez, padre de un afectado. La jornada se cerró reflexionando sobre la dura realidad de los jóvenes sin hogar a los que atiende la Asociación Albéniz. Su presidente, Javier Vicente, y de una de sus educadoras, Gabrielli De Souza, pusieron el foco en esta situación tan invisibilizada.

Además, también hubo ocasión para escuchar a dos de los fotógrafos autores de las imágenes de la exposición, Mercedes Blanco y Pelayo Lacazette, que compartieron sus impresiones sobre el proyecto y relataron algunos de los momentos que más les marcaron durante las sesiones de fotos.

La exposición seguirá en Trascorrales (Oviedo) hasta el sábado 14 de mayo y el próximo 23 de mayo se inaugurará en el Museo Casa Botines de León, donde estará disponible hasta el día 3 de julio. La Fundación Alimerka organizará también una serie de encuentros con entidades leonesas en el marco de la muestra.